Mañana Será Otro Día...

Días 7 y 8: estaba bastante aburrida, no quiero ir donde la Negra porque me dará una de sus charlas que hoy no quiero escuchar. El Patrón intenta darme ánimos desde su precisión, en realidad sólo le creo el 50% ya que al ser mi primo supongo que sus palabras son un tanto subjetivas... pero en fin, el día pasa un tanto lento, hasta que por fin llega la hora de tomar once, digo por fin ya que hoy por fin he sentido hambre. Cuando me dispongo a saborear una empanada, como para que mi paladar no olvide que estamos celebrando la Independencia de Nuestra Nación, cuando suena el timbre... mi mal nacido corazón vuelve a saltar, tan tonto que me salió, como es que aún no entiende que ya van 6 días y que no hay nada que ya lo haga venir a por mi, pero por si acaso decido ir yo a abrir la puerta, como para evitar que mi familia vea algún espectáculo un tanto novelesco si es que de Él se tratara, pero tal como en las ocasiones anteriores la desazón se apodera de mi al ver a mi Teniente Mayor junto a su "ella" en la puerta pidiendo pan duro. Creo que hay hombres que son muy fáciles de convencer o es que yo no se hacerlo, pero en fin, la verdad es que me desagrada un poco el hecho de verla tan prisca ahí acomodándose en nuestra mesa después de lo que hizo... Comí rápido y me retiré a dormir.

Día martes, se acabó el feriado la gente vuelve a sus trabajos, yo actualizo mis datos en algunos portales donde busco una nueva pega, a ver si algo sale.

A eso de las 15:30 aparece un mensaje que me trae de vuelta a mi planeta; es Él diciéndome que estuvo todo el día jueves tratando de hablar conmigo pero mi teléfono sonaba apagado... tenía razón yo, mientras mi encargado de comunicaciones descansaba Él me buscaba para solucionar el problema, pero por otro lado el muy miserable sabe perfectamente mi dirección, creo que en ningún momento pensó que yo podría haber hecho alguna locura, o es que me conoce tan bien que sabe que no lo haría, el punto es que tengo que estar en la oficina antes de las 18:00hrs. Me alisaré el pelo como para verme bonita al menos; mientras lo hago no puedo evitar derramar un par de lágrimas más. Recuerdo que tengo que conseguir plata con alguien para el pasaje y se me hace tarde... Me iré en Metro.

Creo que nunca fue tan larga la calle y tan quemante el sol, siento que hasta el aire es pesado... tengo miedo. Creo que no camino, en realidad me arrastro, pero aquí voy. Con la suerte que me caracteriza en estos días antes que yo llega uno de sus amigos, le que más mal me cae y me gana el quien vive, y tengo que quedarme afuera un tanto humillada, viendo como el sol comienza a caer en el ocaso... creo que mejor sería que me valla a casa, pero puede que eso lo enfade más así que espero... Hasta que en una llamada Él me dice un tanto desafiante: ¿vas a subir o no? Ok, aquí voy; Sea lo que Dios quiera, antes de venirme le pedí que me ayudara a soportar estoica todo lo que venga...