martes, 12 de octubre de 2010

Día de Furia...

Me decidí, sí, hoy me hartó... tomé mis pocas cosas, las heché a mi bolso, que como dice mi santa madre, parece maletín de gasfiter más que bolso "juvenil" saqué mi chaleco de en enfrente de él, le dije ¡suerte! y me fui... Sí, yo esperaba que alguna palabra mágica saliera de esos lindos labios, pero nada, no articuló palabra, abordó su kia año 2008 y se fue haciendo un ruido infernal y yo un poco confundida dirigí mis pasos hacia "la alameda" mientras por mis mejillas rodaban unas lágrimas un tanto rebeldes.
La gente me miraba de manera extraña, algo asi como si hubiese tenido un obvni en la cabeza y yo me sentia de hecho un poco extraterrestre, pero seguí caminando, ahogando unos sollosos desesperantes. Abordé mi micro y dije ¡adios! a ese sector con el que ya me había familiarizado. Llegué a casa como arrastrandome. La mirada atónita de mi tía me interrogó apenas puse el pie izquierdo en la sala. Sí, le dije, me fui, yo a él ya no le importo, nada de lo que yo diga o haga le interesa, él nunca me quiso, le hice un favor... (me sentía algo ridícula y quinceañera haciendo esas declaraciones) luego me tiré en mi cama para seguir llorando.
Esta tarde ni el regio, súper Mini I Phone que me regaló mi primo por mi cumpleaños (que fué hace tres meses) iluminó mi rostro... todo sabe a dolor... y mi celular no ha sonado, eso es lo que más me impacienta ¿cómo no ha tenido la gentileza ni de llamarme? podría en este preciso instante estar yo en una morgue ¿y él? ¿le habrá pasado algo? mañana será otro día y de seguro a eso de las 10:00 me llamará con su voz autoritaria que me hace reir, para decirme que vuelva... sí estoy segura que asi será...

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